Los pacientes que ingresan en las Unidades de Terapia Intensiva (UTI), independientemente de la causa, tienen actualmente un mejor pronóstico de sobrevida, producto de los avances de la medicina. Estos pacientes suelen tener una internación prolongada, como consecuencia de múltiples intercurrencias que suelen asociarse a este tipo de internaciones, lo cual genera una afección neurológica y muscular conocidas como polineuropatía (PPC) y miopatía (MPC) del paciente crítico.
Lo que se observa en los pacientes con estas afecciones es la dificultad o incapacidad para su movilidad, deglución y respiración, requiriendo en algunas oportunidades de una asistencia respiratoria mecánica.
En Alcla ingresan luego de externarse de las terapias intensivas con diferente grado de dificultad funcional, lesiones en piel, pérdida del control de esfínteres, además de estar vinculados (en general) a la respiración mecánica, e inclusive con la necesidad de alimentación e hidratación por vías no orales. Asimismo, requieren asistencia total pues no logran movilizarse por cuenta propia, siendo personas con alta dependencia de terceros para toda actividad.
Desde el ingreso se trabaja tomando en cuenta la idea de comodidad y mejora funcional con un abordaje interdisciplinario en todas las áreas involucradas, planificando el mejor tratamiento para la recuperación funcional, sin llegar a la fatiga, que es la principal debilidad de estos pacientes.